Cae una red que sacaba dinero en entidades bancarias usando dobles de los verdaderos usuarios de carnés sustraídos, que después enterraba en un parque
Sombra aquí y sombra allá, una peluca, una bufanda y a cobrar. Este era el ritual para robar dinero con carnés de identidad robados en el metro de Madrid. La condición era que el que retiraba el dinero en la entidad bancaria debía ser casi el doble del que aparecía en la fotografía del DNI sustraído y para eso se valían de maquillaje y otros elementos de caracterización.
El trato era que los usurpadores, los que se disfrazaban para sacar dinero, se llevaban el 40% de lo obtenido. También había ocasiones en las que se les pagaba con droga, aprovechando su dependencia. “Era más sencillo y funcionaba mejor cuando se trabaja de una mujer, porque es más sencillo conseguir la semejanza con el maquillaje y los complementos”, explica el jefe de la brigada móvil.