Pese a que hubo menos tarjetas circulando, el número de transacciones creció cerca de 10,3%.
Pese a que hubo menos tarjetas circulando, el número de transacciones creció cerca de 10,3%.Con unas tasas de usura significativamente altas, parece que muchos colombianos optaron por salir de sus tarjetas de crédito y evitar las tentaciones.
Para traerlo al plano local, la realidad en Colombia deja al descubierto una economía que adolece de una fastidiosa inflación que derivó en un aumento en el costo de los créditos. Y las cifras de la Superintendencia Financiera muestran que, a diciembre de 2023, estaban circulando 1.030.677 tarjetas menos que en el mismo mes de 2022.
Eso permite inferir que ese instrumento de pago es relevante para la economía nacional, pues hay que mencionar que la generación de riqueza en el país está muy impulsada por el consumo y si hay menos tarjetahabientes, se reducen las posibilidades para que crezcan las compras de bienes durables y se afecta el desempeño del comercio.
“Cuando los hogares sienten que tienen que ajustarse el bolsillo —añadió— de las primeras cosas que hacen es pagar tarjetas de crédito y devolverlas a los bancos. Y eso sin entrar aún en la guerra de compras de cartera, que seguramente se dará durante este año”.