Un investigador estadounidense que pasó 11 días atrapado en una cueva en Turquía tras enfermar dijo el jueves que pensó que moriría allí antes de que una compleja operación internacional de rescate consiguió devolverlo a la superficie.
Mark Dickey, de 40 años, parecía relajado mientras hablaba con reporteros en un hospital en Mersin, en el sur de Turquía, donde se recupera de su odisea.
Dickey enfermó el 2 de septiembre de una hemorragia intestinal mientras cartografiaba la cueva de Morca, en los montes Tauro. Vomitó sangre y, para cuando los rescatistas lo sacaron el martes, había perdido mucha sangre y otros fluidos. Vestido con una camiseta azul y con una vía intravenosa en la mano, el experimentado espeleólogo de Croton-on-Hudson, Nueva York, dio las gracias al gobierno turno por actuar “rápido y con decisión” para hacer llegar a la cueva los suministros médicos necesarios para mantenerlo.