No se prevén nuevas restricciones significativas relacionadas con el coronavirus en el condado de Los Ángeles a pesar de la aparición de la variante Omicron.
No se planean nuevas restricciones significativas relacionadas con el coronavirus en el condado de Los Ángeles luego de la aparición de la variante Ómicron, afirmó el martes un alto funcionario de salud.
El condado también exige que los clientes y empleados de bares, bodegas, cervecerías, destilerías, clubes nocturnos y salones muestren pruebas de que han sido completamente vacunados contra el COVID-19. Reglas similares pero más amplias en la ciudad de Los Ángeles cubren una serie de negocios adicionales, incluidos restaurantes bajo techo, gimnasios y cines.
También está en el horizonte la probable autorización de píldoras que pueden reducir el riesgo de un caso grave. No está claro si Ómicron, que se detectó por primera vez el 11 de noviembre en Botswana y tres días después en Sudáfrica, se puede propagar tan fácilmente como la variante Delta, todavía dominante. También se desconoce si la cepa nueva, que aún no se ha encontrado en Estados Unidos, podría causar episodios más graves o evadir parte del poder protector de las vacunas existentes.
“Obviamente, si las vacunas no son tan efectivas, las mascarillas son muy importantes y ya tenemos un requisito al respecto”, remarcó. “Creo que si no estuviera en vigor, probablemente lo estaríamos sugiriendo, porque es la siguiente línea de defensa”. Las tasas de vacunación en esas instalaciones son bastante altas. “Pero si disminuye la protección de las vacunas en una población muy vulnerable que ya está enferma, podríamos ver algunos impactos devastadores”, añadió Ferrer.